Ricardo Barreda se sacó sus lentes icónicos, de marco negro y vidrio con aumento, y se los regaló a una amiga que iba a visitarlo a la pensión de José C. Paz, donde pasó sus último días. Se trata del cuádruple femicida que el 15 de noviembre mató a escopetazos a su esposa Gladys McDonald, a su suegra Elena Arreche y a sus hijas Adriana y Cecilia.
La mujer se quedó con los lentes y Barreda murió el 25 de mayo de 2020, a los 83 años, en un geriátrico de José C. Paz. Esa misma semana, esta persona tomó la decisión de venderlos por Internet.
“Pensé en quedármelos de recuerdo. El pagó lo que hizo, pero con nosotros fue muy bueno. Hasta le festejábamos los cumpleaños. Pero estoy necesitada de plata. Ni idea cuánto pueden costar esos lentes y quién los compraría. Pero aunque me den diez mil pesos sería genial”, dijo la amiga de Barreda, que pidió reserva de identidad.
El marketing alrededor del caso Barreda llegó a ser amplio: desde remeras hasta tazas, gorros y calcos. Pero el abanderado de esa movida era un hombre anónimo que creó la web maestrobarre-da.com. Allí publicó un alegato a favor del odontólogo, honraba al asesino como si fuera un santo y vendía pins y escudos con la imagen de Barreda.