Durante la ceremonia encabezada por la presidenta del TEP, Emilia María Valle, las juezas Yamila Baldovino y Silvana Morando, junto al procurador fiscal Francisco Asís de Obaldía Eyseric entregaron los diplomas al gobernador electo Leandro Zdero, la vicegobernadora electa Silvana Schneider, dieciséis diputados y diputadas, setenta intendentes y 377 concejales de toda la provincia.
Estuvieron presentes también la presidenta del STJ Iride Isabel María Grillo, sus pares Víctor del Río y Néstor Varela, la defensora general Alicia Alcalá, legisladores nacionales y provinciales, el presidente del Consejo de la Magistratura y Jurado de Enjuiciamiento, Daniel Zalazar y consejeros, familiares, amigos y público en general.
En su discurso, Valle remarcó: "estamos llegando al final de un año intenso en términos electorales, no solo para las agrupaciones y partidos políticos, candidatos, candidatos, militantes y sus familias, para el Tribunal Electoral y sus equipos de trabajo, para los medios de comunicación; pero también para esa gran protagonista que es la ciudadanía que ha concurrido en cinco oportunidades (y en el caso de Resistencia, Quitilipi y Makallé en seis) a expresar libre y responsablemente su voluntad en las urnas".
En ese sentido se refirió a los cuarenta años de democracia y dijo: "sabemos que la democracia no es solo un sistema político y social, sino también la estructura misma sobre la que se articulan el resto de los derechos y a los que el ordenamiento constitucional provee de suficientes garantías para su realización. La democracia pasa a ser así un bien indispensable, el activo más valioso de una sociedad. Los pueblos tienen derecho a ella y los poderes del estado la obligación de promoverla, defenderla y cuidarla".
Por otra parte, Valle definió a la democracia como "una forma de vida, una forma de relacionarse con los demás. Por eso la necesidad de un compromiso de todas y todos en el ejercicio democrático que debe estar presente en cada uno de nuestros ámbitos: la familia, la escuela, la empresa, el trabajo y en cualquier otro espacio social".
"La tolerancia es indispensable para lograr el diálogo y la convivencia pacífica, para respetar la diversidad de pensamientos, ideas, opiniones y las legítimas diferencias que tenemos las personas", añadió y enlazó a esta con un segundo valor: el respecto. "La democracia se caracteriza por reconocer la dignidad esencial de las personas humanas. Todas merecen respeto", agregó la magistrada.
Asimismo, reflexionó: "la solidaridad significa promover la ayuda mutua, pensar en los demás y en el bien común. Implica hacer a un lado el individualismo acomodado y egoísta para asumir una ciudadanía activa pendiente de las necesidades de las demás personas en especial las más vulnerables".